El taller puede darles una gran visión general de los “Principios” que las parejas aprenden durante las sesiones. La diferencia radica en el contexto, el taller es una clase psicoeducativa y no una terapia.
Habla con tu cónyuge, si no está listo para sesiones semanales, asistir al taller es una opción sin presión porque no compartirán información privada, simplemente aprenderán y practicarán algunas habilidades. Una vez que revisen los conceptos, pueden sentirse más seguros al asistir a terapias o en usar las herramientas de la clase.
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